El fin de la burbuja inmobiliaria en Canarias

El diario Canarias7, en su edición del lunes, 13 de diciember de 2008, publicaba la noticia de que “en 2009 se construirán sólo 5.000 viviendas en Canarias”, añadiendo que “la edificación de pisos caerá en el archipiélago un 80% y se situará a niveles de la década de los 90”, estimándose “que el sector perderá cerca de 40.000 puestos de trabajo el próximo año”, lo que supone el fin de un ciclo histórico de algo más de una década de gran protagonismo de la construcción residencial en Canarias, como actividad económica más importante tras el sector turístico.

 

En el gráfico que acompaña la noticia se observa cómo el número de viviendas libres iniciadas e el año 1992 fue de 5.289. Tras ese año, comenzó una fase ascendente de la construcción residencial en las islas con 6.664, en el año 1994, 10.232 en el año 1995, 16.129 en el año 1997 y nada menos que 27.244 en el año 1998. Tras ese año, las islas vivieron ocho años con construcción anual de viviendas superior a las 25.000 viviendas en todos ellos. Precisamente, el año 2006 se alcanzó el techo de la burbuja, con 31.686 viviendas. Ya en el año 2007, se iniciaron 21.654, iniciando la brusca caída de construcción que culminará en el año 2009.

 

El fin de la burbuja inmobiliaria en Canarias también está suponiendo un importante incremento del desempleo en ese sector, pasando de un “techo” de empleo en el año 2006, con más de 150.000 trabajadores hasta las cifras actuales, en torno a los 101.000 trabajadores, y con tendencia a bajar a cifras por encima de los 60.000 trabajadores en 12 meses (finales del año 2009). Se trata de un proceso de destrucción del empleo probablemente sin precedentes en la Historia de las Islas, por su velocidad (tan sólo 2 años).

 

Es importante analizar el factor de arrastre de este fenómeno sobre otros sectores económicos, singularmente el de comercio y consumo, así como el asociado al amplio sector de suministro de equipamientos para aquélla actividad.

 

Igualmente, será necesario abordar las propuestas de salida a esta situación, la dificultad en el acceso a la vivienda (porcentaje de los ingresos destinados a garantizar un techo), y las implicaciones sociales y económicas de esta situación.