Crisis en Canarias

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Anillo Insular de Tenerife y declive del petróleo

Posted by juanjesus en junio 21, 2009

Canarias está entrando en la segunda era del petróleo – definida por la alta volatilidad de los precios del crudo – tras haber pasado – probablemente en el año 2007 – el cenit del consumo en números absolutos de combustible de productos de los hidrocarburos. Se estiman ya descensos del consumo de productos petrolíferos de entre el 10 y el 15% desde ese cenit y la profunda recesión económica que están iniciando las islas hace pensar en un descenso aún más acusado de estos porcentajes.

Como es sabido, la depresión económica en la que estamos entrando está generando una espiral de «desinversión» energética de importante índole, especialmente en proyectos relacionados con los combustibles fósiles. Se están constatando aplazamientos de algunos proyectos en exploración y extracción de crudo en diferentes yacimientos, con el agravante de que las perspectivas de alta inseguridad económica y financiera dificultad el reinicio de algunas de las mismas.

Esta situación no tiene una carácter meramente «especulativo» o «financiero» sino que alcanza un sesgo de «crónico» en la medida en que estamos llegando – si no lo hemos superado ya desde 2008 – al cenit de extracción y procesamiento de líquidos combustibles en el Mundo. La visión «economicista» convencional está muy alejada de valorar este tipo de límites, y realiza escenarios de «recuperación virtual» que, en última instancia, estarán condicionados por el acceso a la energía barata, que ha sido la fuente de crecimiento económico de nuestras sociedades en las últimas generciones.

En ese escenario, se está ejecutando una inversión de cientos de millones de euros, consistente en el «cierre» con forma de vía rápida de las conexiones viarias entre el noroeste y el suroeste de la isla de Tenerife, que a su vez forma parte de un «Plan de carreteras» de más de 2.400 millones de euros, que está ya dotando a las islas de una red viaria ampliada, sobre la que circulan aproximadamente 1.695.000 vehículos, según los últimos datos estadísticos.

Esta ampliación de la red viaria coincide con dos datos significativos: se ha incrementado el desempleo en el Sur de Tenerife, e inclusive ha llegado a ser superior en el año 2009 frente al del norte de la isla, algo insólito en las últimas décadas de «desarrollo»; y, por otro lado, se ha desdibujado la «burbuja inmobiliaria» que permitía el empleo de miles de personas en el sector de la construcción, especialmente en el Sur de Tenerife.

La obra del anillo insular, altamente impactante, supone una inversión importante para un modelo de alta movilidad que está dejando de ser definitivamente barato. Las conexiones intercomarcales serán progresivamente más caras, y el coste individual de la movilidad irá disuadiendo con el tiempo a los ciudadanos y tránsito de mercancías para que sea realizado con la agilidad que hoy conocemos. Por otro lado, las dificultades financieras se acentuarán lo que agravará los problemas para apuntalar un modelo de alto consumo de recursos.

Es probable que el tráfico rodado, con el paso de los años, disminuya de forma significativa, a la par que el descenso de la actividad económica, lo que supondría un «cenit» de intensidad de la movilidad que ya estaríamos atravesando. Las nuevas obras viarias que se están ejecutando hacen a Canarias – por múltiples motivos – más vulnerables y no más preparadas para la segunda era del petróleo.

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